LA CASTAÑA CHILENA

La producción y exportación de castaña chilena ha ganado cada vez más terreno en el mercado europeo, gracias a su calidad que ha sido alabada a lo largo de los años, tal como publicó en 1810 Sr Juan Ignacio Molina en su libro “Ensayo sobre la historia natural de Chile” publicado por Universidad de Bolonia en Italia, dice: …castañas, aceitunas, naranjas, limones, y toronjas crecen allí y se propagan con gran vigor y sus frutos no ceden – ni en bondad, ni en belleza – a los mejores de Europa…

Europa, uno de los grandes productores y consumidores históricos de castañas está enfrentando una crisis de abastecimiento por problemas fitosanitarios en sus cultivos, esto, sumado al crecimiento en superficie de cultivo en la Provincia de Ñuble, le contribuido a esta última en convertirse en el principal exportador de castaña a Italia.

En el año 2017 se publicó una serie de estudios FIA del “Potencial de desarrollo tecnológico, productivo y comercial de la producción de castañas en chile”, con énfasis en la región del Bío Bío, donde se logró constatar que el proceso productivo de un castaño tradicional alcanza volúmenes esperados a partir del octavo año, no obstante, la plena producción se alcanza alrededor de los 15 años, Identificándose además que las superficies de productores de castaños en Chile suman 1.397 hectáreas, lo que supera las cifras oficiales.

 

A Chile las primeras castañas provinieron por medio de colonizadores europeos, tanto en fruto como en pequeños arbolitos.

El registro de los primeros castaños es de a mediados del siglo XVIII y aumentando propagación desde 1750, entre Santiago hasta Puerto Montt (Frutales, cultura y sociedad autores Lacoste y Yuri), cuyas zonas de mayor producción se encuentran en la precordillera de Ñuble, aunque existen explotaciones comerciales desde la región Metropolitana hasta la región de Los Lagos.

El crecimiento del árbol de castaño ha sido propiciado por los atributos ambientales de la Región de Ñuble y Bio Bio al ser una especie exigente en suelos y clima mediterráneo, produciéndose únicamente en zonas geográficas con estas características. Este árbol, además de su valor cultural, tiene un gran impacto positivo ambiental debido a la captura de carbono, siendo su fruto un alimento saludable con beneficios inmuno nutritivos.

Tanto las condiciones naturales como el aumento de oportunidades para exportación de la Castaña Chilena, contribuyen en un escenario propicio que debe ser potenciado con el posicionamiento del castaño nacional, resaltando su calidad, producción bajo condiciones ambientales sin contaminación, con menores presiones de plagas y de este modo lograr el reconocimiento internacional.